Lifshitz A

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 85-85
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FRAGMENTO

La muerte es inevitable, aunque hay personas que no debieran morir. Alberto Frati fue un hombre generoso, académicamente brillante, estupendo médico y cultivó una imagen inmejorable como persona. Siguiendo la expresión latina non omnis moriar (no moriré del todo) que reprodujo de un poema de Manuel Gutiérrez Nájera, Frati trasciende a su muerte física. Deja una hermosa familia, una legión de amigos y admiradores, infinidad de escritos, resultados de investigaciones originales y una gran cantidad de alumnos con pretensiones de superarlo. Ésta es la trascendencia laica.
Nació en Italia, en plena guerra mundial, y contaba que su incubadora fue una caja de zapatos. Muy niño llegó al puerto de Veracruz porque su padre obtuvo un ventajoso empleo en nuestro país, y después se trasladó a la Ciudad de México, en donde estudió la licenciatura en medicina en la UNAM y la especialización en medicina interna, época en la que fue mi entrañable compañero.