2025, Número 4
Desempeño del triage en un servicio de urgencias pediátricas de un hospital regional en México
Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 28
Paginas: 139-144
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RESUMEN
Introducción: en los servicios de urgencias, se requiere de la identificación de los pacientes más graves para que sean atendidos de manera inmediata. El triángulo de evaluación pediátrica (TEP) es una herramienta validada para clasificar rápidamente la gravedad del paciente. Objetivo: evaluar el desempeño del triage utilizando la clasificación del TEP en un servicio de urgencias pediátricas. Material y métodos: entre agosto de 2024 y enero de 2025 se realizó un estudio observacional, transversal y prospectivo en el servicio de urgencias del Hospital Regional de Alta Especialidad "Dr. Ignacio Morones Prieto". Se incluyeron 60 pacientes pediátricos con afecciones gastrointestinales y respiratorias. Inicialmente, los pacientes fueron clasificados en urgencias reales o sentidas por un médico general, y posteriormente se comparó con la clasificación de un médico pediatra; ambos utilizaron el TEP. Resultados: fueron 30 pacientes con urgencia real y 30 con urgencia sentida, cuya edad varió desde recién nacidos hasta 14 años. Los motivos de consulta fueron dificultad respiratoria (32%), dolor abdominal (17%) y fiebre (15%). No hubo diferencias de las variables sociodemográficas entre los dos grupos. El médico pediatra identificó más casos de urgencias reales (52% versus 33%). El desempeño del médico general para identificar urgencias reales tuvo una sensibilidad de 74% (IC95% 58-86%), especificidad de 63% (IC95% 51-73%) y precisión diagnóstica de 66% (IC95% 57-75%). Conclusiones: la herramienta TEP permite identificar los pacientes que requieren atención inmediata en servicios de urgencias pediátricas; sin embargo, el personal médico que se encuentra en el triage requiere capacitación para que su aplicación sea óptima.INTRODUCCIóN
La atención pediátrica en los servicios de urgencias juega un papel fundamental en los sistemas de salud, al proporcionar respuesta inmediata a pacientes con diversas patologías. La Organización Mundial de la Salud define una urgencia como la aparición de un problema de salud que genera la necesidad inminente de atención médica, por parte del paciente o su familia.1
En las instituciones públicas, es común observar que en las salas de urgencias pediátricas presenten alta demanda de atención, pero en muchos casos, los pacientes llegan por padecimientos que no requieren intervención urgente, lo que afecta la eficiencia del sistema.2,3 Los menores de cinco años constituyen el grupo etario que con mayor frecuencia acuden a estos servicios.4-7
Es muy amplio el nivel de gravedad de los pacientes que se atienden en los servicios de urgencias, por lo que, para hacer más eficiente la atención (particularmente en lugares con alta demanda), es crucial contar con herramientas de clasificación, como el triage estructurado, que permite priorizar a los pacientes de acuerdo con su condición clínica.8,9 Dentro de este contexto, se debe considerar que en los servicios de urgencias hay que distinguir entre las urgencias reales y las sentidas. Una urgencia real es aquella que pone en riesgo la vida, un órgano o su función, mientras que la urgencia sentida es cuando el paciente o su familia perciben la necesidad de atención sin que ésta realmente represente un riesgo vital. La asistencia innecesaria a los servicios de urgencias contribuye a la saturación del sistema, aumentando el riesgo de errores médicos y retrasos en la atención.10-12
El triángulo de evaluación pediátrica (TEP) es una herramienta para pacientes pediátricos en entornos de una urgencia médica. Está diseñado para ser una evaluación rápida, que se puede completar en 30 a 60 segundos. El TEP ha mostrado un buen desempeño para identificar niños críticamente enfermos y para guiar las intervenciones a realizar. Con el TEP, cada paciente debe ser evaluado mediante tres componentes: apariencia, trabajo respiratorio y circulación cutánea (Figura 1).13-15
Otro punto para considerar es el relacionado a los tiempos de espera para recibir atención en los servicios de urgencias, ya que no solamente afectan la satisfacción del paciente o su familiar, sino que además puede aumentar la morbilidad y mortalidad, por lo que la implementación de los sistemas de triage pueden mejorar la eficiencia de los servicios.16,17 En este estudio se evaluó el desempeño del triage utilizando la clasificación del TEP en un servicio de urgencias pediátricas de un hospital general de referencia.
MATERIAL Y MéTODOS
En el periodo comprendido de agosto de 2024 a enero de 2025, se realizó un estudio piloto, observacional, transversal, analítico y prospectivo en el servicio de urgencias pediátricas del Hospital Regional de Alta Especialidad "Dr. Ignacio Morones Prieto", ubicado en la ciudad de San Luis Potosí. Este hospital cuenta con 242 camas, de las cuales 78 corresponden al servicio de pediatría.
Se incluyeron 60 pacientes pediátricos, desde recién nacidos hasta 14 años que asistieron al servicio de urgencias por sus propios medios, durante el turno matutino de lunes a viernes. El motivo de la atención fue por alguna afección gastrointestinal o respiratoria. El tipo de muestro fue por cuotas, seleccionando 30 pacientes clasificados como urgencias reales (prioridad 1, 2 y 3), de acuerdo con el TEP, así como otros 30 pacientes con urgencias sentidas (prioridad 4 y 5). La primera evaluación fue realizada por un médico general encargado del triage; posteriormente, los 60 pacientes fueron clasificados con el mismo instrumento por un médico pediatra, pero sin conocer la decisión inicial efectuada por el médico general (Figura 2). Es conveniente señalar que los pacientes en estado crítico fueron trasladados de inmediato a la sala de choque pediátrico, sin pasar por el triage, por lo que no se incluyeron en el estudio.
Además, se registró la hora de atención en triage y la hora de atención en el consultorio, con lo cual se calculó el tiempo de atención mediante la diferencia entre ambos tiempos, en minutos. De las características generales de cada paciente se incluyó información sobre el nivel educativo de los padres, lugar de procedencia, número de hermanos y antecedentes de consultas médicas previas.
Análisis estadístico. Se realizó con el software R. Basado en la prueba de Shapiro-Wilk se determinó que las variables cuantitativas no tenían distribución normal, por lo que se presentan con mediana y rango intercuartilar (Q1-Q3). Por su parte, las variables cualitativas se resumen con frecuencias y porcentajes. Se utilizó la prueba de Wilcoxon para comparar las variables cuantitativas, y la prueba exacta de Fisher para las variables cualitativas. Valores de p < 0.05 se consideraron estadísticamente significativos. Por último, para determinar el desempeño del médico general en la clasificación de los pacientes con el TEP, se calculó la sensibilidad, especificidad y precisión diagnóstica en comparación con lo descrito por el médico pediatra.
Aspectos éticos. La participación de los pacientes de este estudio fue voluntaria, mediante la firma del consentimiento informado por padres o tutores, así como (en su caso) del asentimiento del paciente. La investigación se llevó a cabo cumpliendo con las normas internacionales y nacionales para estudios con seres humanos. El protocolo del estudio fue evaluado y aprobado por los comités de ética y de investigación del Hospital "Dr. Ignacio Morones Prieto", con registro No. 50-24.
RESULTADOS
La edad de los 60 pacientes tuvo una variación de un mes hasta 14 años 9 meses; el 90% fue llevado al hospital por sus madres, y el 55% de los pacientes eran residentes de la misma ciudad. El principal motivo de consulta fue dificultad respiratoria (31.6%), seguido del dolor abdominal (16.6%) y la fiebre (15%). Cuarenta pacientes (66.6%) refirieron haber acudido a una valoración médica previa.
En la Tabla 1 se comparan las características generales, entre urgencias reales y urgencias sentidas. Como se observa, no hubo diferencia en la edad de los pacientes, el nivel educativo del padre, el familiar que llevó al paciente, o si habían acudido a valoración médica previamente. En los pacientes con urgencias reales hubo mayor proporción de dificultad respiratoria (57% versus 7%, p < 0.005) y de fiebre (30% versus 0%, p < 0.005); sin embargo, no hubo diferencia cuando acudieron por dolor abdominal.
La Tabla 2 muestra la clasificación de los pacientes realizada por el médico general y el médico pediatra con la prueba TEP; se observa que el médico pediatra identificó más casos de urgencias reales (52% versus 33%). De esta forma, cuando se evaluó el desempeño del médico general para identificar urgencias reales, se obtuvo una sensibilidad de 74% (IC95% 58-86%), especificidad de 63% (IC95% 51-73%) y precisión diagnóstica de 66% (IC95% 57-75%).
Por último, señalamos que la mediana de tiempo para recibir atención de las urgencias reales fue de 15.5 min y para las sentidas de 33 min (p < 0.001).
DISCUSIóN
El servicio de urgencias dónde se realizó el presente estudio es similar a muchos otros en el país, por lo que se consideró importante evaluar el desempeño del área de triage, a fin de determinar si era necesario hacer cambios en la dinámica de la atención de niños y adolescentes. Sobre el uso de TEP en el triage pediátrico señalamos que esta herramienta fue descrita hace más de una década,14 y, aunque su realización es aparentemente fácil, son muy pocos los estudios que han reportado su uso en Latinoamérica.18
Los resultados de este estudio mostraron diferencias significativas en los tiempos de atención entre las urgencias reales y las urgencias sentidas (15.5 minutos versus 33 minutos) que corresponden con lo esperado, además los pacientes críticos fueron priorizados y atendidos de forma inmediata lo que permite concluir que el área de triage tiene un desempeño aceptable. Sin embargo, se observaron diferencias importantes en la clasificación obtenida por el TEP entre el médico asignado a triage, con la obtenida por el pediatra. Al respecto, debemos comentar que la diferencia es menor a lo reportado por Lugo y cols., en 2013;19 pero es similar a lo descrito por Azzam y cols., en 2019, quienes señalan que la precisión diagnóstica fue del 66%.
El TEP ha demostrado ser una herramienta eficaz para la identificación rápida de pacientes en estado crítico, ya que tiene alta sensibilidad para detectar pacientes graves en contextos de emergencia.20 Lo cual contrasta con los hallazgos del presente estudio, ya que el médico pediatra reclasificó 11 pacientes de un menor a un mayor grado de gravedad, por lo cual nos hace reflexionar sobre la necesidad de capacitación de los profesionales de la salud a cargo de las áreas de triage pediátrico, para mejorar su capacidad para evaluar y priorizar eficazmente a niños y adolescentes.19,20 La falta de identificación de pacientes graves pone en riesgo su seguridad, particularmente en servicios de urgencias saturados y con poca disponibilidad de médicos especialistas.17,21,22
La sobrecarga de los servicios de urgencias debido a las urgencias sentidas es un desafío constante en los sistemas de salud. Estudios recientes han reportado que más del 50% de las atenciones en servicios de urgencias corresponden a pacientes con padecimientos que no requieren de evaluación inmediata;23 lo cual ha sido asociado con la procedencia de pacientes de áreas menos favorecidas, familias monoparentales y por la proximidad de los servicios de urgencias a los domicilios.24,25 En este contexto, parece importante mejorar el conocimiento de padres o cuidadores para que traten de diferenciar cuando su hijo/a está grave; al respecto, se han publicado procesos educativos con materiales de apoyo impresos o digitales en el primer nivel de atención.26-28
Por último, debemos reconocer las limitaciones del estudio; las principales son el reducido tamaño de muestra, la inclusión solo de pacientes con condiciones gastrointestinales o respiratorias, y que el estudio se hizo únicamente en el turno matutino, de lunes a viernes. Por lo anterior, parece necesario realizar más estudios para comprobar los hallazgos en esta investigación.
CONCLUSIONES
La herramienta TEP permite identificar los pacientes que requieren atención inmediata en servicios de urgencias pediátricas; sin embargo, el personal que se encuentra en el triage requiere capacitación para que su aplicación sea óptima, a fin de priorizar los casos graves.
REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)
Organización Mundial de la Salud. Atención de urgencia y traumatológica Sistemas de atención de urgencia para la cobertura sanitaria universal: asegurar una atención rápida a los enfermos agudos y las personas con traumatismos. Informe del Director General. 2019. Disponible en: https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA72/A72_31-sp.pdf
Pergeline J, Lesuffleur T, Fresson J, Vilain A, Rachas A, Tuppin P. One-year emergency department visits for children < 18 years of age, associated factors and frequency of primary general practitioner or pediatrician visits before: a French observational study (2018-19). BMC Prim Care. 2024; 25(1): 83.
Lengeler N, Starvaggi CA, Jaboyedoff M, Affentranger S, Keitel K. Caregiver alignment with triage acuity levels and drivers for discrepancy between caregiver assessment and triage acuity levels: a cross-sectional questionnaire based study. BMC Health Serv Res. 2025; 25(1): 96. doi: 10.1186/s12913-024-12163-w.
AFILIACIONES
1 Residente de neumología pediátrica. Instituto Nacional de Pediatría. Ciudad de México
2 Hospital Regional de Alta Especialidad "Dr. Ignacio Morones Prieto". San Luis Potosí, San Luis Potosí, México.
CORRESPONDENCIA
Ma del Pilar Fonseca-Leal. E-mail: fonleal@yahoo.comRecibido: 28/05/2025. Aceptado: 28/08/2025