Téllez Valdés, Juan Antonio¹

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
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RESUMEN

     

Los médicos que tenemos muchos años de ejercer la profesión y principalmente los que estamos involucrados con la docencia seguramente nos hacemos con frecuencia la pregunta de si en tiempos recientes es mejor la enseñanza médica comparándola con la que vivimos cuando fuimos estudiantes de la carrera. Visto desde el punto de vista tecnológico, la respuesta más obvia podría ser un sí.

Sin duda, el uso de computadoras, simuladores y el acceso a información a través de internet nos facilitan enormemente la enseñanza. Ya no tenemos que ir a buscar pacientes que tengan soplos, arritmias o tumores abdominales, ya que mediante un robot podemos simular un sinfín de alteraciones y patologías. Incluso, estas herramientas permiten evaluar si el tratamiento propuesto es el adecuado. Tampoco tenemos que hacer largas filas en las bibliotecas para solicitar revistas médicas, donde de manera frecuente el bibliotecario nos decía después de una larga espera que estaba prestada, y así otras tantas cosas que vivimos hace ya muchos años. Al final del día todos estos recursos modernos básicamente nos facilitan el aprendizaje de la medicina, pero no necesariamente nos hace mejores médicos.

Por otra parte, nos estamos enfrentando a nuevos retos propiciados por las nuevas tecnologías. Podemos señalar, entre otros, el hecho de que el contenido indiscriminado en internet de información médica o pseudomédica puede provenir de fuentes no confiables y tanto el paciente como a veces el médico confía demasiado en esa información. (Recuerdo recientemente a un paciente que atendí, el cual me aseguró categóricamente que en asuntos médicos confía más en la inteligencia artificial de internet que en los médicos de consultorio).

Otro asunto muy serio es el hecho de que en la actualidad disponemos de programas para elaborar presentaciones, trabajos e inclusive tesis. Ahora tenemos el riesgo de que los trabajos que solicitamos a nuestros alumnos los haya hecho una máquina y no los futuros médicos. De tal forma que la intención de mejorar el nivel académico de nuestros alumnos mediante el aprendizaje de temas médicos fracasa.

Desde mi punto de vista, creo esencial que desde los primeros semestres de la carrera debemos aclarar y además repetirles de manera asidua a los alumnos que la finalidad de la profesión médica es atender a personas que han perdido la salud y nuestro objetivo es ayudarlas para que en la medida que sea posible la recuperen. En ese contexto debemos inculcarles un compromiso con la profesión y con los pacientes. El hecho de que recurran a facilitadores tecnológicos es para incrementar sus conocimientos y su nivel académico para ofrecer un servicio de calidad y no para disminuir las molestias de hacer un trabajo o de revisar información bibliográfica. Deberán aprender a hacer uso muy racional de la información y a ser muy selectivos. Por lo tanto, tendrán que dedicar mucho tiempo para la revisión cuidadosa de gran cantidad de información y el tiempo que anteriormente nosotros invertíamos en el traslado a bibliotecas y en la búsqueda, en ocasiones infructuosa, de revistas y documentos médicos, hoy puede y debe ser aprovechado por las nuevas generaciones de médicos para seleccionar información confiable y con un adecuado nivel científico y académico.

Si desea consultar los datos complementarios de este artículo, favor de dirigirse a editorial.actamedica@saludangeles.mx

AFILIACIONES

¹ Médico especialista en Cirugía General. Profesor de las materias de Cirugía y Gastroenterología de la Universidad Autónoma de Guadalajara campus Villahermosa. Hospital Angeles Villahermosa. Villahermosa, Tabasco, México. ORCID: 0009-0009-1802-8806

CORRESPONDENCIA

Juan Antonio Téllez Valdés. Correo electrónico: jtellezv@prodigy.net.mx