Jiménez SM, Muñoz SA, González BD

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 5
Paginas: 160-161
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FRAGMENTO

Desde el descubrimiento de la insulina en 1921 y su primera aplicación en 1922, se desarrolló una intensa investigación en la búsqueda de mejores insulinas, más puras y que tuvieran un perfil farmacodinámico adecuado para asegurar el control metabólico en los pacientes.
Las primeras insulinas utilizadas fueron de origen animal (bobina, porcina); poco a poco fueron aceptadas en la población, al colocarse como una herramienta útil para pacientes severamente descontrolados. Posteriormente se observó que tenían una alta antigenicidad, por lo que se buscó la forma de sintetizarlas. Con los avances tecnológicos se pudo obtener insulina humana mediante ingeniería de ADN recombinante que no presenta tanta antigenicidad como sus predecesoras de origen animal.

REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)

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