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Salud Mental

ISSN 0185-3325 (Impreso)
Órgano Oficial del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz
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2011, Número 3

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Salud Mental 2011; 34 (3)


Modelos predictivos de conducta disocial por sexos en dos colonias populares

Moral RJ, Ortiz MH
Texto completo Cómo citar este artículo Artículos similares

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 29
Paginas: 227-235
Archivo PDF: 136.38 Kb.


PALABRAS CLAVE

Conducta disocial, búsqueda de sensaciones, comunicación parental, socialización de riesgo, empatía.

RESUMEN

Introducción: Este trabajo tuvo como objetivos desarrollar un modelo predictivo de conducta disocial (definida por la Escala de Conducta Disocial de 27 reactivos, ECODI27) con base en las siguientes variables predictoras: a) Comunicación con los padres (Parent-Adolescent Communication Scale, PACS), b) Empatía (Interpersonal Relationship Index, IRI), c) Asertividad (Rathus Assertiveness Schedule, RAS), d) Búsqueda de sensaciones (Sensation Seeking Scale, Form V, SSS-V) y e) Socialización de riesgo (Cuestionario de Relaciones Sociales, CRS, creado para este estudio), considerando el efecto del manejo de la impresión (Balanced Inventory of Desirable Responding, version 6, BIDR-6) en las personas encuestadas.
Método: Se empleó una muestra probabilística de adolescentes de 14 a 17 años de edad que vivían en dos colonias con un alto índice de pandillerismo y delitos (112 varones y 86 mujeres). Como técnicas estadísticas se emplearon correlación producto-momento de Pearson, correlación parcial y regresión lineal por el método de pasos progresivos.
Resultados: Se presentó una diferencia significativa en la frecuencia de casos de conducta disocial entre hombres y mujeres (χ2 [1, N=194]=14.75, p‹.01), con la corrección de Yates (χ2 [1, N=194]=12.59, p‹.01). El porcentaje de casos en mujeres fue de 18% (15 de 82) frente a 45% (50 de 112) en hombres.
La puntuación total del ECODI27 presentó una correlación significativa con deseabilidad social (.47 en hombres y .44 en mujeres) y su factor de manejo de la impresión (.53 en hombres y .47 en mujeres). El autoengaño fue independiente en hombres (r=.18, p=.06), pero no en mujeres (r=.26, p=.02). Por su significación en ambas muestras, mayor magnitud e impacto (falseamiento deliberado), se consideró necesario controlar el efecto del factor de manejo de la impresión.
De las 20 variables contempladas, nueve presentaron correlación significativa con conducta disocial tras parcializar manejo de la impresión en hombres: búsqueda de sensaciones y sus cuatro factores (desinhibición, búsqueda de excitación, búsqueda de emociones y susceptibilidad al aburrimiento), socialización de riesgo (implicación en pandillas, grupos de amigos en la colonia y sexualidad precoz), comunicación total y abierta con el padre y toma de perspectiva. En mujeres también fueron nueve las variables que se correlacionaron con la conducta disocial: socialización de riesgo, búsqueda de sensaciones y sus factores de desinhibición, susceptibilidad al aburrimiento y búsqueda de excitación, comunicación total y abierta con la madre, comunicación total con el padre y nivel de escolaridad.
Socialización de riesgo, búsqueda de sensaciones y escasa comunicación con el padre o tutor del mismo sexo en hombres y mujeres, así como déficit de toma de perspectiva en varones, predijeron conducta disocial; la búsqueda de sensaciones desde su puntuación total en mujeres y desde sus factores de desinhibición y búsqueda de excitaciones en hombres. Los modelos explicaron 49% de la varianza en hombres y 40% en mujeres.
Conclusiones: Los resultados del presente estudio sólo se pueden extrapolar a la población estudiada y deben utilizarse como generadores de hipótesis comprobables para otras poblaciones. Por otro lado, su naturaleza de autorreporte debe tenerse en cuenta como otra limitante potencial. Desde los modelos obtenidos, sin embargo, se puede sugerir que la intervención para reducir la conducta disocial en el medio estudiado debería centrarse en erradicar el fenómeno del pandillerismo; fomentar el control interno o planificación y toma de perspectiva en los escolares, trabajándose estos aspectos psicológicos en talleres específicos dentro de materias de ética o salud. Asimismo, parece necesario trabajar la comunicación abierta, sobre todo con el padre o tutor del mismo sexo que el adolescente, tanto en estos talleres como en las reuniones con los padres de alumnos, además de buscar salidas formativas para los adolescentes que han abandonado los estudios.


REFERENCIAS (EN ESTE ARTÍCULO)

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