Gerhardt-de Oliveira, Marília¹

Idioma: Español
Referencias bibliográficas: 0
Paginas: 37-38
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Después de días de arduo trabajo construyendo nidos, un grupo de gorriones imaginó que sus vidas serían mucho más fáciles si contaran con la ayuda de un búho. Pensaron que éste podría cuidar de los más jóvenes y de los más viejos, así como ser muy útil en el enfrentamiento contra los gatos... Decidieron, entonces, buscar un huevo, un polluelo o un búho abandonado. Para tener éxito, creyeron que podían domesticarlo y adiestrarlo. Un pequeño grupo de gorriones no estaba de acuerdo, al considerar que había un grave riesgo en este ambicioso proyecto. Pero sus argumentos no fueron considerados por la mayoría de los gorriones. Y el futuro pudo demostrar que los gorriones más prudentes tenían razón... (Fábula de Gorriones).

Mary Shelley, en 1818, publicó 'Frankenstein, el Prometeo moderno'. La criatura, construida con pedazos de cadáveres, era consciente de ser un monstruo. El deseo de tener una compañera de apariencia similar, capaz de comprenderlo y compartir la vida con él, no fue aceptada por su creador. El enfrentamiento entre creador y criatura representa la imposibilidad de que los seres humanos actúen como si fueran Dios, sin el grave riesgo de destruir a la especie humana.

Dicho esto, pasemos a hablar sobre un genio que estuvo muy al frente de su tiempo: Leonardo da Vinci.

Como cirujana dentista, graduada en la Universidad Federal de Río Grande del Sur (en portugués: Universidade Federal do Rio Grande do Sul o UFRGS) y postgraduada en cirugía y estomatología en la Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul (PUCRS), además de tener formación en Bioética en el Instituto Kennedy (EEUU) y en la Universidad de Barcelona (España), hoy me centraré en la relación pionera de Leonardo da Vinci con la odontología.

En 1482, al transferirse de Florencia hacia Milán, la anatomía humana era estudiada principalmente por académicos del área de medicina. Pero, en poco tiempo, prominentes profesores de anatomía comenzaron a actuar como sus tutores, primero prestándole libros y, luego, enseñándole la disección de cadáveres. En los dibujos de cráneos de Leonardo da Vinci están representados los cuatro tipos de dientes humanos, con la información de ser 32 en total, incluyendo los cuatro molares. De esta forma, fue el pionero en la descripción detallada de elementos dentarios humanos, incluyendo ilustraciones casi perfectas de sus raíces, en las que los seis molares superiores poseen tres raíces cada uno, dos del lado externo y una del lado interno de la maxila, lo que demuestra que él disecó y cortó cráneos humanos, exponiendo los senos maxilares para determinar esta posición.

Además de los muchos motivos para honrar a este genio de la humanidad, él debería ser celebrado como un pionero en el área de la odontología.

La obra de Leonardo da Vinci nos lleva a la importancia fundamental de que, para mucho más allá de asimilar conocimientos, tener el coraje de cuestionarlos, investigar, evolucionar, con creatividad y competencias técnica, científica y ética, distingue a quienes verdaderamente pueden construir un mundo más fraterno, solidario y justo. Sin radicalismos que nos coloquen cara a cara con el oscurantismo indeseable si nuestro objetivo es un futuro, éticamente mejor y más justo.

Las bases teóricas de la ética y la bioética nos llevan a comprender el concepto de persona del filósofo alemán Immanuel Kant, quien la describe como un ser humano único, merecedor de respeto y sobre el cual está éticamente prohibido utilizarlo como un medio.

Es deseable que las nuevas generaciones de profesionales de la salud y de la educación tengan como base estos parámetros, con cientificidad y humanidad.

AFILIACIONES

¹ Doctora revisora del Latin American Journal of Oral and Maxillofacial Surgery. ORCID: 0000-0002-1450-2306.

CORRESPONDENCIA

Marília Gerhardt de Oliveira. E-mail: gerhardtoliveira@gmail.com